Se empieza a ofrecer esto a pacientes mayores de 60 años, que aunque no tengan en este momento cataratas, es muy probable que en los próximos 10 ó 15 años las puedan desarrollar.
El objetivo entonces es, retirar el cristalino, que es el lente natural que todos tenemos y que con los años se va opacando hasta convertirse en catarata.
Una vez que se retira este cristalino se colocan los lentes intraoculares multifocales o progresivos, permitiendo así al paciente recuperar su visión de lejos y de cerca.
Este es un procedimiento en donde el ojo dominante se enfoca con preferencia para ver de lejos, mientras que el ojo no dominante, se ajusta preferentemente para ver de cerca. Este tipo de procedimiento es recomendable para pacientes entre 40 y 60 años, que sean miopes o hipermétropes con vista cansada.
Las mujeres son mejores candidatos que los hombres.
Se realiza una prueba con lentes de contacto, antes de pasar al láser, de tal forma, que el paciente puede experimentar cual será su pronóstico antes de pasar al tratamiento y estar convencido de lo que obtendrá.